Dodge Omni GLH/GLHS: «Goes Like Hell and Some more» (Parte I)

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La crisis del petróleo tuvo fuerte consecuencias en la industria automotriz, dando como resultado automóviles anodinos y económicos como el Dodge Omni. Sin embargo aún quedaba espacio para algo más emocional.

Antes de la llegada del Dodge Omni, el embargo petrolero de 1973 prácticamente “aniquiló” el mercado de automóviles deportivos en EE.UU. Esto dejó al consumidor con dos opciones: adquirir los costosos ejemplares importados o a los “descafeinados” modelos de Detroit. Estos últimos sobrevivieron a base de motores reducidos o porque compartían piezas con algún auto de gran volumen de la marca, reduciendo costos y facilitando su mantenimiento.

Sin embargo, a finales de la década, empieza a surgir una nueva generación de automóviles en torno a los cuatro metros de longitud, acordes con los parámetros de eficiencia exigidos por el público.

Dodge Omni 1978

En esos momentos Chrysler Corporation puso en el mercado un par de automóviles compactos, sin ninguna pretensión más allá de ser transportes económicos. Se trataba de los Dodge Omni/Plymouth Horizon, los primeros autos de la compañía con tracción frontal y motor transversal (en este caso una mecánica Volkswagen de 75 hp). Fueron construidos sobre la plataforma L de Chrysler y desarrollados por su subsidiaria europea (SIMCA) antes de la venta a Peugeot, circunstancia que permitió retener los derechos de comercialización en los EE.UU, pese a que en Europa se vendió bajo la marca Talbot.

Gracias al éxito que lograron en Norteamérica, la compañía se animó a crear los denominados “K-Cars”, que usaban la nueva plataforma K de Chrysler. Sin embargo, el mercado doméstico cambió y los nuevos rivales de los “L-Cars” eran los fabricantes japoneses, quienes poco a poco colonizaban con éxito los segmentos de autos compactos y subcompactos en Estados Unidos.

Dodge Omni GLH 1984

Shelby conoce el Dodge Omni

Para 1984 estaba disponible un motor de 2,2 litros, el cual mejoraba notablemente el rendimiento de este hatchback, pero sin convertirlo en un auto rápido. Es allí cuando Carroll Shelby “mete las manos” y ayuda en la creación de una línea de modelos de alto desempeño, tomando como base los populares Omni, Charger, Daytona y Lancer.

El tejano aumentó la potencia del motor 2,2 litros hasta 110 hp y el torque llegó a 175 Nm, gracias al uso de un árbol de levas especial, un bloque de tolerancia aumentada e inyección electrónica de combustible. Sin embargo, este Dodge Omni recibió un tratamiento deportivo completo, pues agregó una caja mecánica de cinco cambios, faros antiniebla rectangulares, una cubierta de válvulas cromada, llantas Goodyear Eagle GT 195/50HR-15 y unas ruedas de aleación de 15 pulgadas.

Shelby también mejoró la calibración de la dirección, aumentó la rigidez de la suspensión e instaló frenos de disco ventilados adelante. En su momento, registró una cifra de 0,83g en la pista de derrape, convirtiéndose en uno de los autos de tracción frontal con mayor nivel de agarre en curva del mercado estadounidense.

Con estas modificaciones era capaz de llegar a 60 millas por hora en 8,7 segundos y completar el ¼ de milla en 16,7 s, creando así la versión GLH, acrónimo de ‘Goes Like Hell’.

Dodge Omni GLH-T 1985

Dodge Omni, ahora con turbo

Al año siguiente, decidieron “aumentar la apuesta” con la incorporación de un turbocargador Garret T03 con 7,2 psi de presión (dando origen a la versión GLH-T), subiendo la cifra de potencia a 146 hp (el torque creció hasta 230 Nm). Para diferenciar ambas variantes adicionaron un conjunto de spoilers y vinilos que resaltaban la mayor potencia de los modelos Turbo, junto con frenos más grandes, una suspensión con mayor dureza y una rejilla de ventilación sobre el capó para mejorar la refrigeración del motor. El peso total del conjunto era de solo 1.117 kilogramos.

Pero 1986 fue el último año de producción de los Dodge Omni GLH y GLH-T, que recibieron una tercera luz de freno para ese año-modelo. Tras casi 14.000 unidades comercializadas, se suspende la fabricación del pequeño deportivo debido a que el nuevo Dodge Shadow llega al mercado.

Pese a ello, esta circunstancia permitiría al hot-hatch de Chrysler alcanzar su estatus como «auto de culto», gracias a la sabia decisión de Carroll Shelby de convertirse, de nuevo, en fabricante de vehículos con la apertura de Shelby Automobilies en Whittier, California.

(Continúa a la segunda parte)

En video: Mira el comercial del Dodge Omni GLH 1984 «No more Mr. Nice guy»

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